La final de
la Copa Libertadores de este año tiene como protagonistas a dos equipos
argentinos, nada menos que a Boca Juniors y el River Plate. Este clásico
histórico sudamericano y hasta mundial tuvo que mostrar su peor cara justamente
cuando más atención iba a tener. Lo que debía ser una final que demuestre la
pasión futbolística sudamericana terminó mostrando nuestras peores caras, la
violencia en el fútbol y las malas decisiones de sus dirigentes.
La final histórica tendrá su desenlace en otro continente
foto: brunoticias.com
La final del
mundo, un partido que marcará el final de las definiciones de dos partidos en
Sudamérica, no tenemos mejor demostración de pasión y lealtad hacia un equipo
que la mostrada por el hincha argentino. Cuando se conocieron a ambos
finalistas, el entusiasmo argentino, que por naturaleza es bastante alto, se disparó
hacia las nubes, atravesó el cielo azul y pasó a otra galaxia, ‘La final del
mundo’ se jugaría enteramente en argentina.
Personalmente
los clásicos argentinos viven de sus rentas, no estamos en esas épocas doradas
en las que se tenían a los Riquelme, Francescoli, Palermo, Salas, Ortega,
Abbondanzieri y demás figuras que formaban parte de equipos ganadores y
recordados hasta ahora. Hoy en día la selección argentina es un poco el reflejo
de su organización y nivel futbolístico a nivel local e internacional. En mi
humilde opinión, el partido no tenía ni tiene nada de final mundial y será más
un show de tribunas más que buenos encuentros de fútbol.
Instantes de violencia, los supuestos hinchas son los principales responsables
foto: futbolperuano.com
Las caras
negativas del fútbol de nuestros lares se vieron expuestas a nivel mundial como
un mal chiste. El supuesto amor por nuestro equipo nos hace agredir al contrario,
nos hace desearles la muerte y hasta hacemos lo posible por dañarlos, por
hacerles entender que los odiamos, que su camiseta es de otro color y eso los
hace unos apestados, unos demonios que merecen ser expulsados de nuestra vista
y que no importa nada en este mundo con tal que esos rivales se mueran y mi
equipo levante una copa más.
Luego de ese
patético espectáculo que impidió que se juegue el partido de vuelta, hizo saber
a todo el mundo que los intereses comerciales y económicos son más importantes
que un grupo de jugadores. Finalmente el encuentro podría jugarse en España,
para más señales en el Santiago Bernabeu del Real Madrid. Un estadio imponente
para un encuentro manchado. Irónicamente los argentinos pasarán a la historia
de una forma u otra, serán los únicos que albergaron una final con sus clásicos
equipos y no fueron capaces de organizarla de manera decente. La final de la
Copa Libertadores de América se jugará en Europa. Fin de la historia
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