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lunes, 13 de junio de 2016

Patriotismo deportivo

Cuando el deporte pone en tela de juicio el patriotismo que se siente por un país.

Siempre escuchamos frases como: lo hice por mi país, está medalla, este gol, esta conquista es para mi patria. Golpes en el pecho y cantar el himno a todo pulmón. Si bien es un aliciente o una ayuda emotiva, esa idea o postura no te puede garantizar que un deportista, ya sea en un deporte individual o colectivo, vaya a dar todo solo porque ama a su país. Hay muchas mayores variantes. Centrémonos en el fútbol como ejemplo.

Hace unos días se dio un caso curioso en la Eurocopa 2016. Los hermanos Xhaka se enfrentaban defendiendo cada uno a una selección distinta. Granit, defendía los colores de Suiza, mientras Taulant hacía lo propio por Albania. Algo similar al caso, también conocido, de los hermanos Boateng. Jerome juega por Alemania y Kevin Prince por Ghana. Se enfrentaron en el mundial del 2010 y el 2014.

Cada uno tuvo sus motivaciones. Particularmente en los Xhaka, de padres albaneses y con dicha nacionalidad-nacieron en Suiza ambos- decidieron distinto. Granit fue convocado por Suiza en divisiones menores a la selección y luego a la mayor. Nunca dijo que no. Es más, Albania les ofreció dinero a sus padres para que jugará por Albania, pero el nacido en el país helvético jamás consideró dicha posibilidad. Y cómo hacerlo, ya que Suiza es una selección que juega mundiales, mientras que Albania a duras penas está jugando su primera Eurocopa, que es el máximo logro que llevan hasta hoy. Con una carrera no tan promisoria como la de su hermano, Taulant, optó por defender a Albania.

Esto me trae a la mente al querido Gianluca Lapadula. Masacrado por un sector de la prensa por darle el no a la bicolor. Defendido a capa y espada por otro sector. El goleador de la serie B y que consiguió el ascenso con el Pescara al parecer espera un posible llamado de Italia. Lapadula no conoce el Perú, no habla español y se siente más italiano que la lasagna.

Hace un tiempo Miroslav Klose, goleador histórico de los mundiales, declaró para un medio de prensa que él era polaco, que en su casa se comunican en polaco y que cantan el himno de Polonia. Y aun con todo esto hizo 16 goles en 4 mundiales para los germanos. El vio una oportunidad, vio que un país le ofrecía ser campeón, mientras que su natal Polonia, por ese entonces no mostraba una estabilidad futbolística. No veo que haya pesado el patriotismo. Diego Costa dejó claro porque optó por España y eso no lo dejó de ser brasileño. Pero, por supuesto, fue odiado en Brasil. Ahora no veo que alguien lo extrañe.

El italo-peruano Lapadula parece ser un buen jugador, que quizás nunca vaya a jugar por Italia, y que a mi modo de ver no ha mostrado desprecio o haya arrochado al Perú, porque simplemente, no es peruano. No siente al país. Pero hay mucha gente que ha crecido aquí y no demuestra el más mínimo respeto por nuestros símbolos patrios. Si vamos a justificar cada acto que se tome: indisciplina, poca jerarquía, incapacidad organizativa y miles de cosas con el hecho de que alguien sienta o no amor por su país, pues estamos todos locos.


Sin duda que Guerrero, Pizarro o Farfán se ve que vienen y es por algo. Amor al país, claro; pasión por su país, seguro. Pero no puede ser determinante. Ha y otros factores que son más determinantes y que deben ir de la mano para tomar la decisión de defender un país. Sino habría que hacerle un monumento a ValentinaShevchenko o Peter López y vivamos en la nube, de que lograron lo que lograron solo por amar una bandera. Son muchas cosas más que esas lo que te hace tomar una decisión para defender un país en el fútbol o en el deporte en general. No creamos todo lo que nos quieren hacer creer.


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