De nunca acabar

No sé cómo explicar esto, yo pensaba que era suficiente con las amenazas terroristas que abundan en estos momentos en Francia, y ahora nos vienen con peleas de pandilleros, esto colma la verdad,  uno ya no puede ir a ver un espectáculo de fútbol sin la necesidad de que tu integridad corra serio riesgo. Si uno ve a los países europeos lo primero que se nos viene a la mente es una sociedad civilizada, de primer mundo, algo que no mostraron en el estadio del Olympique Marsella, las barras de Rusia e Inglaterra.

Se enfrentaban estas selecciones, duelo transcurría con total normalidad. Antes de esto, ya había altercados entre ambas barras teniendo varios detenidos. La televisión enfoco al arquero ingles Joe Hart, quien con sus manos trataba de calmar a sus familiares ubicados en el lado occidente del estadio, quienes seguían asustados por la pelea en las afueras del estadio. El partido transcurría con total normalidad, hasta que en los últimos minutos, se escuchó una explosión que pauso el partido, vimos a los hinchas rusos tirando bengalas a los hinchas ingleses, mientras que los britanicos esperaron al termino del encuentro para reaccionar. Parecían como si estuvieran listos para un combate, todos en fila esperando a los hinchas rusos en una batalla a muerte.

Cosas así se vivía en los 90s, cuando no había control sobre las barras bravas en Europa, uno de los casos más sonado fue en Holanda, entre las barras del Feyernoon y  del Ajax, quienes organizaron un enfrentamiento en un campo desierto, habiendo muchos días de anticipación, aparte que hubo muchos muertos, lo más destacado fue el increíble salvajismo que había en esa pelea, llegando a usar muchas armas, entre ellas las hachas.

También hay los casos en los clubes ingleses, en donde todos los partidos eran batallas campales, casos como los equipos más populares como el Manchester United o el Liverpool, hasta el equipo más pequeño como el Stoke city, mientras más grande sea la rivalidad, más brutales eran las peleas, dejando muchos muertos en el camino.

Las sociedades europeas tienen que demostrar que porque son países de primer mundo, ya sea por mano dura, manera por la que bajaron el vandalismo en su momento, o por leyes que ayudan a mejorar la sociedad que nuevamente quiere retomar esas primitivas conductas.