Tiempos violentos

No solo tomemos en cuenta lo que sucedió el último fin de semana, no podemos resumir esto que pasa desde hace tiempo y que se le permitió crecer hasta salirse del control de la ley, esa ley personificada en los policías que se vieron "superados" por un grupo pequeño de hinchas del Sporting Cristal. Porque, si es prohibido es mas tentador ¿no es cierto?

Esta vez los efectivos policiales tuvieron mucho que ver en la suspensión del juego.

Foto: elbocon.pe

Debemos saber que hay más de un tipo de hinchas, aficionados, apasionados, seguidores o interesados en el fútbol. Más de una clase de personalidades en miles de distintas maneras de desenvolverse entre las miles de personas de esta ciudad que pueden coincidir en alguno de los estadios de la gran Lima para ver a alguno de sus equipos favoritos. Esas frases pueden estar tan revueltas como un grupo de personas en alguna tribuna viendo un partido de fútbol, si acaso somos tan distintos y variados entre nosotros ¿Cómo la policía puede garantizar que en toda una tribuna se aliente solamente a un equipo? 

Esta vez la violencia se no llegó al terreno de juego, aún así el encuentro de suspendió.

Foto: futbolperuano.com

El espíritu de la normativa era impedir, hasta cierto punto, que las barras organizadas acudan a la tribuna visitante y evitar agresiones con los hinchas locales. Pero en la práctica solamente se cumple cuando no se lleva la camiseta contraria que te identifique como visitante, es decir, como hincha practicante. Las personas se sientan sin saber si la persona que come su canchita o se fuma un cigarro es efectivamente un infiltrado, un desobediente rebelde que no aceptará su culpa a menos que se entregue al placer de gritar un gol de se equipo y se olvide por 30 segundos de que no será bien visto por los que lo rodean.

Los barristas más violentos seguramente tomarían un grito de gol contrario como una afrenta imposible de pasar por alto, un acto imperdonable que merece caerle a patadas al autor de ese crimen. No puedo entender por ahora la intolerancia que se reúne en cada tribuna para con el equipo contrario. Esto va más allá del fútbol, me dijo mi profesor de Historia del deporte. Cuanta razón tuvo al saber que la sociedad está estancada en cosas sin importancia como el fútbol, que defiende a muerte cosas sin importancia como el fútbol, que es capaz de morir y terriblemente asesinar por cosas sin importancia, como el fútbol.

Para frenar la violencia que nos rodea se necesita mucho más que buena voluntad. Esto de "sólo hinchas locales" quizás tuvo buena voluntad pero ya no da para más. Tenemos estadios donde se prohíben lentes oscuros o chompas con capuchas, donde se saca entre 5 o 6 efectivos a una señora que por tener una blusa blanca con rayas azules fue señalada como enemigo público. Tomamos todo lo malo de todo lo que vemos sin saber que nuestros mismos actos deben enseñarnos cómo en realidad debemos actuar. Dejen a un lado las banderolas, camisetas y marcas de pandillas que destruyen vidas propias y ajenas, para los futbolistas todo queda en el campo de juego, es ahí entonces donde debemos dejar todas nuestras diferencias.

El goleador de la jornada. Anotó los dos goles de su equipo en el primer tiempo 

Foto: trome.pe

El partido del domingo/lunes pasó al olvido para algunos de los que fuimos al estadio. Seguramente los padres que tuvieron que cubrir los rostros de sus hijos para evitar el gas lacrimógeno lo pensarán dos veces antes de volver. El resultado final de 2 goles por bando fue celebrado por los que apostaron algunos centavos en el partido porque esos hinchas que tanto se pelearon por su club, al final se quedaron afuera.