La culpa es de Troglio

El 2017 pintaba como un gran año para la gente de la "U". El anuncio de grandes contrataciones como la de Alberto Rodriguez, Luis Tejada, Alberto Quintero, Arquímedes Figuera y el retorno de Diego Guastavino, colocaba por los cielos el entusiasmo del hincha crema que esperaba ganar el campeonato local y hacer una buena participación en el plano internacional. A todo ello se le sumó el regreso de Juan Manuel Vargas y la ilusión se elevó hasta el infinito. Lamentablemente, los resultados no acompañaron al equipo y el poco fútbol mostrado no era ni el 10% de lo que uno imaginaba con toda la inversión que se hizo. La eliminación de la Copa Libertadores y lo muy poco que ofrecía la U en el Torneo de Verano, bastaron para que el Cesar Vento viaje a Argentina y traiga al que sería el reemplazante de un enfermo Roberto Chale: Pedro Troglio.

A Troglio lo trajeron y le vendieron paisajes futuristas, un proyecto a largo plazo que nunca inició y todas las facilidades que un equipo como la U podía brindar. La realidad, sin embargo, sería todo lo contrario. Al poco tiempo, el dirigente que trajo al DT argentino se alejó del club, pero Troglio se quedó. Con un plantel que él no eligió, con jugadores que él no pidió y que, por muy caros que sean, si no se adecuan a una idea de juego pierden su valor en el equipo. Aún así, la U peleó hasta donde pudo el torneo del 2017 y nunca estuvo lejos. Troglio ganó 20 de los 36 partidos que dirigió al conjunto crema. La diferencia de goles terminó en positivo y por encima de los 20 tantos. Los números que había obtenido el estratega no eran malos pero tampoco eran los mejores. Con toda la inversión hecha al inicio el hincha esperaba más pero solo se logró acceder a la fase previa de la Libertadores 2018.

El año de Troglio era este. Antes de partir a Argentina dejó una lista de nombres que pedía como refuerzos: José Manzaneda, Gino Guerrero, Junior Ponce, Italo Regalado, Álvaro Fernández (uruguayo) y Javier Mendoza (argentino), son algunos de los jugadores que se rumoreaban en esa lista. Pero otra vez los problemas dirigenciales terminarían afectando al equipo. Las circunstancias impidieron a los cremas hacer alguna contratación, algunos titulares experimentados se fueron y la situación se volvío cada vez más caótica. Tocaba enfrentar un año difícil, con muchas caras nuevas y nombres que no se habían escuchado antes. El hincha empezaba a sufrir y se aferraba a la idea de que al menos Troglio se quede por el bien del equipo. Y una vez más, Pedro se quedó. Otro año y otra vez con un equipo que no es que él quisiera tener. Con varios jugadores, supuestamente, experimentados pero al mismo tiempo tan limitados tanto técnica como mentalmente. Se quedó para no dejar el barco a la deriva y hoy es el pararrayos del plantel. Él asume todo y salió al frente siempre. Incluso en la eliminación de la Libertadores, Troglio declaró al final. ¿Cómo responsabilizar por la situación actual a un tipo así?

Ayer la U volvió a perder y la culpa es de Troglio dicen muchos, y que duda cabe. Él tiene la culpa de que hoy la gente lo señale porque él lo decidió así. Él sabía que esto iba a pasar en cualquier momento y aún así se quedó. Se encontró un club dirigencialmente espantoso. Un camino lleno de piedras y en el que, por cada dos pasos que da, llegan más y más piedras. Pedro es el único culpable de que hoy la gente lo relacione directamente con el desastre que actualmente es la U. La ingratitud del hincha una vez más vuelve villano a una persona que no solo está haciendo lo que puede con muy poco, sino que está arriesgando su carrera por no dejar solos a los chicos que hoy tanto necesitan de ese apoyo. La culpa es de Troglio y la verdad, no se cuanto tiempo más él aguante siendo el único culpable de todo esto.