El partido que ofrecieron la noche de ayer la Universidad San Martín y el club Universitario de Deportes terminó empatado a un gol por lado. Sabemos que la justicia no existe y el merecimiento es demasiado pequeño para definir un resultado. Y generalmente los desenlaces del partido lo determinan los jugadores y la propuesta del entrenador.
El partido tuvo un mejor inicio para los locales, Universitario emparejó el trámite.
Foto: tuticket.com
En el caso de nuestro fútbol, nuestras emociones se forman en el desarrollo del espectáculo. Lo que vimos ayer califica como un buen partido, con ocasiones de gol y emociones en ambos arcos, un tiempo para cada uno y estilos distintos de juego. Esta diferencia no se reflejó en el marcador final y eso puede ser una mala costumbre para el sistema que tanto nos apasiona.
La San Martín ha logrado plantearnos un sistema de juego apegado a su realidad y su manera de ver el negocio llamado fútbol. Ya no se verán más contrataciones deslumbrantes o planteles numerosos. Ahora la inversión del equipo son los jugadores que pueda potenciar y que se consideren negociables para los compradores foráneos. Esta idea no le dará resultados a corto plazo, esos que la mayoría de hinchas aplaude y celebra con euforia. El plan ya no es ganar campeonatos, el plan es hacer un club rentable y que compita de la mejor manera en el torneo local. Camino correcto.
Su rival de esta noche, el club más ganador de la historia del fútbol peruano, defendido por muchos y admirado por muchos más todavía, pasa por una etapa complicada y los responsables pueden ser señalados por los mismo socios de la institución. Los malos manejos propios y de las juntas transitorias llevaron al club a una profunda crisis económica, esas que te ajustan el bolsillo y te hacen quedar mal ante tus seguidores. El plantel de este año puede tomarse, a opinión personal, como una formación de emergencia de acuerdo a las circunstancias (impedimento de hacer contrataciones). Un plantel que Pedro Troglio tuvo que tomar sin haber elegido formar.
Se sabe de la historia y reputación del equipo crema. La supuesta garra los hace diferentes y ser más grandes que sus problemas. Lamentablemente la grandeza del club está siendo emparejada por sus crisis y eso no siempre se puede maquillar. Un plantel promedio de Universitario hubiera tenido más posibilidades ante el buen pero joven plantel de la San Martín. Un plantel promedio que ahora no está al alcance de sus arcas.
Una rebeldía puede empatar o ganar partidos y es parte del fútbol, pero ciertamente no puede tapar realidades en distintas situaciones. La rebeldía no salvó a Universitario de ser eliminado de la Copa Libertadores, la rebeldía pudo conseguirles hoy el empate, pero no les dará el merecimiento ni el convencimiento de otro equipo, aquel lleno de jóvenes por una apuesta propia, no por apagar un incendio.
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