Fue una noche fría, dentro y
fuera del estadio. En la tribuna sucedían cosas producto de la inoperancia y
eficiencia de dos equipos, en la cancha el Club Deportivo San Martin arrasaba a
su rival, aunque sin demostrarlo en el marcador en el medio tiempo. La tribuna
Sur y parte de Oriente empezaban a cambiar aliento por reproches por el
desempeño de los jugadores de Alianza Lima.
Foto: tuticket.com
La poca gente que acudió al
estadio ayer tenía en su mayoría camiseta blanquiazul. Esos mismos hinchas que
incomodan en Matute, esos mismos hinchas que recriminan a los jugadores y le
recuerdan a Mosquera cada error por más sutil que sea, esos mismos hinchas
pareciera que, después de la presentación de ayer, que tienen más argumentos
para estar frustrados con el funcionamiento del equipo.
Mérito para los dirigidos por “Chemo”
del Solar. Buen conjunto, buen juego en colectivo, buen equipo. Partiendo de la
movilidad de sus jugadores, la presión que ejercen desde los atacantes y
teniendo como ejes fundamentales a Joel Sánchez y Sergio Peña, el equipo de
Santa Anita desapareció a la volante de Alianza Lima. Se adueñaron de la pelota
casi de manera abusiva en el primer tiempo y el solitario gol de penal al
finalizar el primer tiempo daba sensación de muy poco a todos los que vimos el
partido.
Lo de Alianza molesta por lo
que ofrece. Lo de Alianza termina inquietando a sus hinchas, sobre todo cuando
juega de local. Cada partido es una historia diferente, esta vez la crítica va
por la alineación del partido. Porque no sólo los jugadores son responsables de
sus malas actuaciones, generalmente en estos casos es el entrenador quien se
hace responsable. A partir de eso entonces podemos preguntar ¿Es normal que
Landauri jugara al lado de Atoche cuando sabemos que sus mejores actuaciones y
goles incluidos son jugando por la banda? ¿A quién se le tiene que pedir
explicaciones por el terrible partido de Lionard Pajoy desde que llegó al Perú?
La noche estuvo lejos de
terminar para Mosquera y compañía luego del pitazo que señalaba el final del
partido. Su equipo fue arrasado por la vitalidad y buen juego colectivo del
equipo del “Chemo”. Los objetivos son distintos es verdad, los de Santa Anita
se quieren alejar del descenso mostrando su mejor cara. Alianza quiere
sujetarse del cuarto lugar que lo impulse a pelear por el título nacional.
Ninguno de los dos merece el lugar que tienen, pero señores, esto es fútbol.
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