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martes, 16 de enero de 2018

La maldad de un triunfo

El partido de fútbol que disputaron Liverpool F.C  y Manchester City fue de colección. Fútbol en su máximo esplendor, orden táctico y la intención de buscar siempre el arco rival. Cuando el 'Pep' Guardiola y Jurgen Klopp están frente a frente, la emoción y el buen juego están garantizados.

Una de las cualidades del fútbol es brindar espectáculo en el momento menos esperado, ya sea por inspiración personal, éxito colectivo o fallas garrafales. Ciertamente una de las ligas más espectaculares y emocionantes del mundo es la liga inglesa. Es una suerte de pago por derechos, una especie de gratitud hacia los creadores del deporte rey.

Cuando el favoritismo te hace seguir a un equipo y gritar tanto sus goles como errores, en ese momento el fútbol puede ser distorsionado, lo que hace que nos quedemos con solamente la mitad del espectáculo, ya que los aciertos contrarios son imposibles de celebrarse y los errores propios son cubiertos de manera tan apasionada que casi ni los vemos. Es ahí donde aparecen Guardiola y  Klopp.

Un dato:

El Manchester City no podrá igualar la hazaña lograda por el poderoso Arsenal de la temporada 2003-2004 en la que se coronó campeón invicto de la Premier. 

Guardiola ha logrado la perfección en su grupo. Gran manejo del español
Foto: eurosport.com

¿Puede alguien (salvo hinchas contrarios) negar algún mérito del entrenador en el Manchester City? ¿Se puede discutir la capacidad del entrenador, cuando su equipo juega de manera armoniosa y logra desaparecer a sus rivales? Dicen que los equipos hablan por los entrenadores, en el caso del City tenemos a una estrella de rock con todo y pirotécnicos. El entrenador español ha logrado plasmar en el campo de juego una combinación (casi) perfecta de intensidad de juego y efectividad en pases y de cara al arco. Algo tan abrumador se refleja en sus números. En 23 partidos jugados esta temporada ha conseguido 20 triunfos y dos empates, ahora hay que sumarle su primera derrota en la liga, nada menos que ante el Liverpool.

El Liverpool F.C parece estar destinado a inscribir su nombre en etapas cortas pero históricas para los que gustamos del buen fútbol. Desde la mística propia del estadio Anfield, la fidelidad de sus hinchas con el "You´ll never walk alone" y el histórico Steven Gerard empujando a su equipo de toda la vida, ese equipo que conoce de hazañas propias de un juego tan impredecible, ese equipo que logró el (indiscutible) "milagro de Estambul". Ese equipo que atrae fanáticos por juegos inolvidables como el ofrecido esta jornada 24 de la Premier League. Ese equipo que no le sobra nada pero que tampoco le falta mucho. Este equipo que parecía estar esperando a un entrenador de las características de Jurgen Klopp.

Ya conoce lo que es ganarle al 'Pep', lo hizo antes con el Borussia Dortmund.
Foto: iol.co.za

El entrenador alemán ofrece trabajo extremo y armonía de equipo con un equilibrio que roza la obsesión, esa que se desata con los brazos arriba cuando se logra anotar y se convierte en furia al reclamar el mal funcionamiento. Ese estilo tan parecido al toque insistente y vertiginoso de Guardiola. Esas ganas de ir al frente y ganar que ambos proclaman no hace mas que aliviar el fútbol y desear que, por un instante, el partido no tenga límite.

Alguien ponga al árbitro en la tribuna y que grite los goles. Que se disfrute de la manera de vivir los encuentros de Klopp o que admire la calma extrema de Guardiola en los momentos más tensos del juego. Alguien dígale al árbitro que este partido no se definirá por la cantidad de goles sino por los aplausos que arranquen desde las cuatro tribunas. Alguien puede darle aunque sea un punto al perdedor de este partido porque, aquel equipo que juega de esa manera, no merece quedarse con las manos vacías.

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