Una mano no siempre lava a la otra

En el fútbol puedes anotar un gol con cualquier parte del cuerpo excepto la mano (antebrazo). La voluntariedad de la acción tiene una relevancia absoluta, sin embargo, hay muchas situaciones ambiguas. Cuando un jugador toca el balón con la mano en el área, el árbitro deberá considerar las siguientes circunstancias:

- El movimiento de la mano hacia el balón (no del balón a la mano).

- La distancia entre el adversario y la mano (balón que llega de forma inesperada).

- La posición de la mano no presupone necesariamente una infracción.

Alemania vivió en carne propia estas jugadas en los partidos disputados contra Italia (cuartos de final) y contra Francia (semifinales). 

El equipo bávaro ganaba 1-0 con gol de Mesut Özil (65´). Sin embargo, luego de un centro italiano hizo que Giorgio Chiellini desvíe el balón e impacte en la mano de Jérome Boateng (saltó con los brazos elevados). Esta acción hizo que el árbitro cobrara penal (debido a su interpretación) e Italia empate el encuentro (78´).

El partido continuó hasta el tiempo suplementario y en penales los teutones clasificaron en una agónica definición. 

 Chiellini roza el balón con la cabeza e impacta en el antebrazo de Boateng.
(Fuente: www.elnuevoherald.com)

Contra Francia el primer tiempo estuvo muy parejo. Luego de un tiro de esquina favorable para los dirigidos por Didier Deschamps, una mano en el área alemana alimentaba la polémica de un nuevo penal. 

Esta vez, Patrice Evra salta y cabecea el balón con destino de gol, pero el volante mixto Bastian Schweinsteiger trata de impedir el peligro en su arco y salta con los brazos abiertos para cubrirse y evitar el gol. Lo que no pudo evitar fue que el árbitro tome la decisión de cobrar penal favorable para los franceses, que ejecutó con determinación el goleador Antoine Griezmann.

Ya en el segundo tiempo Francia marcó el 2-0 (72´) definitivo. Nuevamente apareció Antoine Griezmann, para acabar con la ilusión de los alemanes de llegar a la ansiada final.

Patrice Evra cabecea el balón y choca en la mano de Bastian Schweinsteiger.
(Fuente: www.aztecadeportes.com)

Dos jugadas polémicas. Dos manos que para unos fueron, para otros no. Las reglas de juego están para cumplirse y los árbitros tienen la difícil tarea de resolver en centésimas de segundo. A veces aciertan, a veces se equivocan. Es lo bonito del fútbol y por eso es un deporte que despierta pasiones a millones de personas en el mundo.