Los siete pecados capitales

El pasado fin de semana la selección chilena de fútbol le propinó la peor goleada oficial de su historia a México que han llevado a una serie de dudas y reclamaciones de todos lados.

La Copa América Centenario nos hizo testigos de un hecho sin precedentes. La selección más fuerte de la Concacaf caía de rodillas ante Chile por un categórico y aplastante 7-0, que más hacía recordar a un resultado de tie-break de tenis, a que un resultado de un partido, a priori, parejo.

Chile fue una máquina. Dio golpes certeros a México y ya cuando el partido iba 2-0 podíamos presumir que era cuestión de tiempo que el marcador creciera un poco más. Pero Chile tenía sed. Quería dejar atrás los rumores de malas relaciones con el técnico Pizzi y que las ayudas arbitrales eran el jugador número 12 para ellos.

Con un fútbol rápido, sofisticado, preciso y, sobre todo, eficaz; el conjunto mapocho hacía terminar la pelota en la redes de uno de los mejores porteros de la Copa del Mundo pasada-Memo Ochoa-, culpable quizás en el primer gol de Puch luego de dar un rebote innecesario y de juvenil ante el tibio disparo de Díaz previo al gol. Pero no fue su culpa. Fue culpa de todos los mexicanos en cancha y del técnico Osorio que no supo corregir el andar de una desalmada selección azteca.

El sexto gol de Chile es de no creer. Una definición cruzada de Mark Gonzales parecía perderse al saque de meta. Aun así, era cubierta por Moreno y Layun por si las moscas. Un simple puntillazo hubiera acabado con esa pelota en un tiro de esquina, pero Puch no dio por perdida la pelota y barriéndose hacia ella como la última jugada posible en una final del mundo, llegó a ella, ganándola y dejando en ridículo a los defensas mexicanos. El rebote en el palo de esta acción acabó en los pies del actual goleador de la Copa, Eduardo Vargas, quien casi sin ángulo y con todos los santos sonriéndole desde lo alto les hizo pagar caro semejante despiste de ambos defensas, digna para el no Top Ten o el para que te traje de los canales conocidos de cable.

Chile despertó. Con un ataque temible. El vértigo y precisión como bandera. Chile busca sser bicampeón continental de manera consecutiva de la mano de Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Eduardo Vargas y compañía, como lo hiciera Brasil en el 2004 y 2007.

El otro lado de la moneda está México. Guardado, "Chicharito", "Tecatito" Corona y compañía sufren. Tendrán que tener la entereza para sobreponerse a este duro golpe rodeado de críticas de todo calibre por parte de la prensa y la interminable lluvia de memes referidos al marcador de escándalo y analizar el camino que llevan en este tiempo. Tuvieron un buen mundial, pero sufrieron más de la cuenta para llegar. En deuda hace tiempo en Copa América y solo ríen en las Copas de Oro. A veces caer duro sirve para crecer y replantear.