La alegría de los hinchas
está justificada. La selección peruana está jugando, está batallando. Lo que
todos pedían ahora lo están disfrutando. Perú le está poniendo el pecho al
partido.
Es la Colombia de James
Rodríguez, de Juan Cuadrado, de Carlos Bacca, esa Colombia que quiere jugar,
pero no la dejan. De un partido trabado, enredado se tienen un par de ocasiones
para cada equipo. Lo más resaltante, una pelota de James que se encontró con el
palo izquierdo de Pedro Gallese. El resto fue de segundo plano.
Paolo como siempre luchando,
Cueva alejado de sus socios, cumple Corzo, mejor Trauco. Rodríguez y Ramos
ganando todas por ahora. Aún no alcanza para el triunfo, pero en el medio campo
están Tapia y Vilchez, quienes están corriendo como si quisieran ganar el
partido.
Para un partido luchado, el
miedo a perder aumenta conforme avanzan los minutos en el segundo tiempo. Ambos
entrenadores pasaron los 77 minutos sin hacer cambios. No fueron mezquinos,
incluso Cristian Benavente vio la luz en la Copa América Centenario, por fin
debutó. Al final lo pudo ganar Colombia en un contragolpe, lo pudo ganar Perú
con un cabezazo de Christian Ramos. Al final solo fue un empate. Cero goles en
los 90 minutos y no hay tiempo extra.
Al final no pudo ser, al
final los gritos se apagaron y la eliminación nos alcanzó luego de los penales.
No hay alegría esta vez, pero mañana tendremos la oportunidad de pensar en lo
que logramos. Al menos los muchachos lo harán.
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